5 de maio de 2013

Avec le teps

Siéntate a pensar, a imaginarte
por un momento que tú y yo,
o cualquier otro también,
disimulados en el transito a la noche,
tras el último rayo de sol,
siendo observados por el infinito,
dejemos en este lugar las vestiduras,
los aparatos que violan nuestra humanidad,
los teléfonos, las conexiones sin hilos,
las luces de artificio.

Que nos comamos en un menú de palabras,
de metáforas, de profundos sinsentidos,
que el desnudo te llegue al corazón,
para verte el alma,
como observaría en otro momento
al frondoso misterio
entre tu izquierda y tu derecha.

Ahora, que solos estamos tú y yo,
o cualquier otro también,
empecemos a desconocernos,
a descubrir nuestra incertidumbre infiel,
que no hay nada como tus veinte años,
ni siquiera la nostalgia de quien los pudiera tener.

Y no seré yo quien pregunte
por la ausencia de tus orgasmos
cuando no los alcance a ver,
aunque sea lo que me lanza a otros cuerpos,
a ser posible jóvenes,
idénticos en forma, idénticos en gesto.

Pero no.
Por más que parezca pretencioso,
pretendo ansiarte cada noche,
que seas cierto amor a este lado de la cama,
aunque temo que para conocer el amor,
para poder decir que estoy amando,
debo sentarme a observar
como aprendes el amor,
conociendo a cientos de hombres,
con sus cientos de noches
hasta olvidar sus cientos de nombres.

Y mientras tanto el ímpetu me llama
a continuar trasegando cuerpos de desecho,
y no me arrepiento
al reconocer que disfruto alquilando un apartamento
con vistas al centro,
para hacerte el amor, vestirme
y buscar un nuevo encuentro.
Añoranzas de tantas ciudades,
bares y caras ahora irreconocibles.
Son infinitos los paisajes desérticos,
habitados por tu cuerpo y mi cuerpo.
Siendo huésped foráneo de tantas casas
como seres he querido,
recordando cómo crujían las maderas del suelo
mientras me hacías gritar
pretendiendo alcanzar el cielo.

Cada historia es una fiesta,
a veces solo en cueros,
en cuerpo y alma a veces.
En esta soledad insólita,
siniestro es el amor disperso.

Ahora que vives mi juventud vivida,
te recuerdo los retos de tu tiempo:
un encuentro anónimo,
experiencias de promiscuidad;
que el amor no es lo primero que luce
sino lo último que brilla.



24 de março de 2013

Santo Amaro, dal cielo arrivato,
vieni con noi adesso che si fa sera.
Aquí tu país, aquí tu reino,
tu reino por un caballo.
Santo Amaro, busca el sol a través del océano;
tempestades te han visto ante el paraíso.

Química salmuera, cal húmeda, restitución;
diversidad biodegradable.
Acústico invisible trance,
taciturno, producto deshechable.

Chance, canje, trasvase.
Aquí mi fusil, aquí mi pistola,
Están arrancando tus rosas,
quizás un león, quizás un doncel.

No te sueltes cadenas,
veras que el daño nunca es en vano,
como entristecen nubes de otoño
la ausencia de su verano.



Nunca me rindo,
si acaso provoco algún que otro
fracaso voluntario.


El discurso político

Querer ser voz de voces
es vocear al silencio,
levantar la mirada,
sentar ideas al cielo,
defecar oidos
que observan
tu ano desde el suelo.
Ser voz antes que ser palabra
amasa a la masa,
calza la mesa,
destruye la esperanza
de ser humanos.

Diógenes

Por ahí, entre cajas de cartón duro,
bajo esos papeles que olvido al fondo,
busca en algún hueco, te encontrás.
Te guardé hace unos años,
en otro ataque de diógenes, bien lo recuerdo.
Tengo el rincón ya repleto,
pero bien diferencio tu cuerpo del resto.
Ni tan escombro ni tan común,
ni tan varón ni tan deshecho,
casi hombre, sin resultar algo violento.
Vuelves en su reclamo,
ahí lo tienes, ya no lo amo.
Llévatelo, algo encontraré debajo,
pero antes ven y dime:
¿Acostumbras a morir matando?
No te asustes, ya lo estoy dejando,
esos muertos los trabajé antes del verano.
Ahora me dedico a algo mas arriesgado:
el mundo de los vivos.




7 de março de 2013

Sin retorno

Si te abandonas a grietas del ostracismo,
no trastornes el tiempo que abordamos,
retoma el ego herido y envaina el cuchillo.
Que tienes la edad del quejido
y el misterio de habernos desconocido.

Si la calma que has elegido hace honor a tu gloria,
no regreses a nuestros días,
reinventa la vida antes de revertirla.
Que tienes el cuerpo de seda
y las entrañas heridas.

Si te arrepientes de habernos hecho frío,
desmiente la voz que te atormente,
descuida la imprudencia de haberte hecho mio.
Que tienes asfalto en tus suelas
y la acera que yo transito.

Pero si vuelves por esta orilla
no me lo hagas saber;
prefiero sufrir tu huida
antes de ti tener que huir.

14 de fevereiro de 2013

El silencio que vendrá

Tu presencia subía y bajaba, 
como desconfiada,
y yo sin querer saber 
en qué noche me querrías,
y en qué día no lo harías más.
A esta mañana empañada 
llego con las ropas sucias,
violentamente usadas.

El corazón ebrio, 
urdido entre frío cautelar,
setenta veces por minuto, 
a hurtadillas,
remite exhausto su mensaje de sangre
hacia las heridas de mi periferia vascular.

Traigo todo lo que quedó allá de nosotros,
lo que el reparto habría de enviar
en esas horas donde no estarás,
donde la puerta trates de evitar.
Durante estos días, 
en los sucesivos al todo,
he creído ver ciegos morir por no haberte visto,
y no sé, puede que te busquen de algún modo;
puede que pese a la ausencia de los suyos,
encuentren la llegada de tus ojos.

Me despertaré a las nueve,
quizás antes, insomne,
atentaré contra la fase REM
si mi mente te soñara.
Sacaré al perro, prepararé café,
soltaré lágrimas rutinarias.
Habrá un vaso de té,
una radio encendida,
las doce en la madrugada;
habrá una multitud
acogiendo mi ausencia,
papeles amarillos,
un cajón en espera.

Ahora, llenos de vacío,
cuando el equilibrio nos encuentre,
quedará un silencio eterno en un minuto,
y efímero tras tanto ruido.

18 de janeiro de 2013

Negami ut

Textos: Iago Morais   ||   Vídeo: David Francisco   ||   2012



Tienes el negro en las tenazas de tus dedos y tus pies tienen el negro porque ya no vuelan sobre el suelo. Te tiñe el negro como te tiene el miedo, y el miedo te puede porque no puedes con ello. También es negro tu papel, tu imagen, el sonido, la voz, y también es negro tu reflejo.

No hubo blanco donde pausar el negro de mis palabras, negras palabras. A veces, sólo necesitas respirar, inspirar, expirar y morir. Volar del devenir, no decidir si vivir. La muerte como único elixir es el modo de existir. Desistir de vivir. Pasar el tiempo nadando en aguas de borrajas. Somos seres inútiles, y el que más aquel que no se percata de su inutilidad. ¿Has llegado al final de tus días con tus dudas hechas certezas? Pues eso, inútil.

Eres el llanto de las gárgolas, de la excomunión de los vencidos. Sueles ir a ras del vuelo de algún suicida de pardo pelo y tersa piel. Puedes pero no quieres. Que suenen los réquiem, que guarden el duelo.

Escuchaste alguna vez que lo que no está visto no existe, pero queda el rostro. Nos quedan los rostros, como fotogramas de la película de lo pasado, la película que ponemos a funcionar dentro cuando la angustia de un futuro más vacío se avecina. El rostro, último elemento que conforma la memoria. A veces, la película se para en el mismo fotograma, y es cuando decimos «me quedé aquí».

15 de janeiro de 2013

La parte más central del sistema periférico

Te voy a recordar, al volar,
tu pecado es vanidad,
la corriente nunca atrás.
Te quiero recordar, quizás,
la corriente no puede retornar.
Marchitas, cínico por amar,
dieciocho no bastan, 
te intento recordar.
El hombre necesita Dios, 
pero tu pecado es vanidad.
Somos soberbios, engreídos
y quizás hechos de plástico,
pero la corriente puede más,
si te dejas llevar, 
insisto en recordar,
el horizonte nunca es el final.
A tus pasos el asfalto arde,
voracidad urbana, circuncisa.
Aunque por esas piernas, 
aquellas disonantes, 
separadas por mi anhelo,
por esas piernas
voy a arruinar mi vida.
Aun así hoy es un día perfecto,
y urge recordar, por ejemplo,
que habitas por cada segundo
la parte más céntrica
de mi sistema periférico.

13 de janeiro de 2013

"La depresión tiene que ver con una experiencia de pérdida, y no es extraño que la creatividad surja como una manera de escapar a esa tristeza, a esa sensación de pérdida."

Para decir adiós

Una perpetua angustia de vómito,
llena mis escombros de náuseas.
Siento mis vísceras en nudo, 
desnudas de ser, 
pura sangre anudada.
Evito la horizontalidad,
erguido y despierto.
Sonámbulo deambulo,
creo haber muerto.
Desordeno el orden de los armarios,
busco cesar este temblor.
Recuerdo haber estado vivo,
en estos momentos
la vida es un mal menor.
Este filo era lo que buscaba, 
el nudo que me ahoga,
deshacer ya mi interior.
Sangre que en vida guardaba,
este cuchillo la derramó.
Ahora la horizontalidad me llama:
curiosa forma de decir adiós.