27 de maio de 2009

Llover


En tus ojos no puedo dejar de pararme.
En tus cristales no para de llover.

Otro tiempo recuerdo,
quizás tiempo de guerra:
el correo francés
de África trataba volver.
Sobre el mediterráneo, un cruzado.
Maldito pájaro lanzando esvásticas
como fuego sobre las palabras.

El correo caía sobre la sal líquida,
con él, la vida de los niños,
el legado que veo hoy en tus ojos
de niño de bufanda infinita.

De Saint-Exupéry guardas las miradas.

En tus ojos llover las historias yo veo.
Los cuentos a los niños debidos.

Capa azul de Petit Principito.
Tus ojos espejos de ti mismo.