9 de setembro de 2009

De rutinas violentas


Las lágrimas de San Lorenzo

te llueven cuando estás sola,
sacando a tus amantes del vicio
de creerse dentro de ti,
de seguirte hasta el precipicio,
de asesinarse si es preciso,
colgándose de la soga de sueños
que inventaste en el juego
de hacerles primero dueños
para descubrirles después
un futuro incierto del que,
ahora eres tú dueña y ellos
meros perros,
que siguieron tu guante,
como este lunes siguió al domingo,
con una resaca suicida que,
a piques de hacerse cierta,
se convirtió de nuevo
en otra rutina violenta,
como todos los días contigo que,
son lunes que despierto sin ti.
Todos los lunes que despierto contigo
son días que, ciertamente, no he vivido.

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